València, 15 de diciembre de 2020
En realidad, la verdadera cuestión que aborda el espectáculo es la transición a la democracia en España, a través de la figura de unos técnicos que trabajan en un teatro y tienen que desmontar toda la escenografía de una función. Todos ellos nacieron en plena transición democrática y son hijos de ese “renacer” iniciado a finales de los 70. Pero hay más: su labor entre bambalinas ejemplifica el final de un montaje y el comienzo del siguiente, y todavía existe en la pieza una tercera interpretación mediante la célebre frase del Ricardo III de Shakespeare, “¡Mi reino por un caballo!”, preludio del fin del oscurantismo de la Edad Media y la llegada de Renacimiento.
La compañía, surgida en Madrid en 2004, llevaba desde hacía tiempo valorando la posibilidad de situar una de sus obras en el mundo de los técnicos de escena, y con Renacimiento encontraron la gran oportunidad. “Observamos todo ese proceso, que tan solo dura unas horas, como un rito de paso. Un camino que comienza en la nada, en el escenario vacío, y se va desplegando hasta el momento final, cuando todo está dispuesto para que entre el público”, explican sus responsables. “Esta marcha entre luces, maquinaria y construcción del espacio, nos parece casi un recorrido místico. Siempre hemos pensado que en ese viaje se escondía una pieza escénica en la que algún día tendríamos que investigar. El momento es ahora”. Con esta gran apuesta cultural, La Mutant cierra el extraño año 2020, marcado por recuperar todas las propuestas afectadas por la pandemia y mantener las ya programadas.